sábado, 11 de septiembre de 2010

Si somos gente pensante, ¿Por qué no pensamos en vivir?

Quisiera hacerme eco de algo que me ha causado rabia, indignación, tristeza, vergüenza; estoy más que seguro que no soy el único, que somos muchos los que nos sentimos así por el asunto que estoy a punto de escribir, pero es en este tipo de momentos, en el que somos muchas personas las "indignadas" o "preocupadas" por un evento o situación que sucede en nuestra sociedad, cuando se hace evidente y protagonista la ya conocida apatía paraguaya.

¿De qué estoy hablando? No es del matrimonio gay (ya que me considero más a favor que en contra, con mis dudas para estar en contra y fundamentos para estar a favor), no es de la corrupción (porque es un tema viejo), no es de la inseguridad (porque causa "temor"), hablo de la bofetada a la salud y la vida que el congreso entero nos está dando, y nosotros no hacemos NADA:
La ley del (pro) tabaquismo.

Hace poco, una persona muy querida mía me hizo hincapié en la poca importancia que se le estaba dando, que a su criterio, las cadenas periodísticas no estaban teniendo el protagonismo, el garbo, la intensidad que deberían tener en una situación como la que estamos a pasos de ingresar; sinceramente, a mí me pareció que estaba equivocada, porque hacía días que leía twits, escuchaba noticias, etc. Pero lo que me llamó poderosamente la atención, era la nula reacción de la gente, fue cuando comencé a leer los artículos que dedican ÚltimaHora con cuatro páginas, notas redactadas haciendo eco de las declaraciones de personas que sí se preocupan y se hacen escuchar como lo hace ABCdigital, se leen en las redes sociales frases como
"Si compararon azúcar c/ cigarrillo; si tratan de gorda a Ministra; si acusan a ministra y no a tabacaleros.. que mucho dinero corrió!!!", es decir, existe una reacción de la prensa, pero que (dadas las declaraciones de esta persona de quien les hablo), me hacen pensar que no está teniendo la repercusión necesaria en todas las personas; señoras/es/itos/itas, estamos hablando de una ley que establece con todo el poder legal que le compete cosas como: "Se podrán hacer excepciones en espacios de 70 metros cuadrados" (7m x 10m = 70m^2), una salita chica donde será legal que 10 personas fumen en simultáneo.

Bastante tiempo fumé, luego lo dejé, luego fumé, luego lo dejé, y hasta hoy hacen 5 meses que lo volví a dejar; no quiero volver a fumar ya que me di cuenta que prefiero pulmones sanos, y tratar de sentirme más sano de manera íntegra; esa es la razón por la que
yo lo dejé, no busco adeptos, ni quiero sentirme un ejemplo, simplemente comparto los motivos de mi decisión. Sentí lo nocivo que es ese delicioso pedazo de tabaco, por tanto terminé optando por pactar un divorcio verbal con él, y hasta hoy, ese fue el fin de nuestra pasional relación.

El fumar o no fumar es una decisión (o adicción) personal, existen personas que sí podrían dejarlo si se lo proponen, y existirán personas a las que será casi imposible, pero seguramente no totalmente imposible. Pero el hecho que algunas personas no posean el dominio personal suficiente o la fuerza de voluntad necesaria,
bajo ninguna circunstancia debe permitir que las que sí la poseen, y las que nunca tuvieron intención de fumar en primer lugar, se conviertan en fumadores pasivos legales, con aval de una ley aprobada por el Congreso de la Nación Paraguaya.

Mientras países como Chile, España muestran en sus cajetillas imágenes como:























Nosotros vamos a permitir algunas como estas (por ley):








































Nosotros permitiremos la exclusividad de propagandas de cigarrillos en horarios clave de transmisión televisiva, y permitiremos fumar en lugares públicos, dañando así el derecho constitucional de vivir que posee cada persona; y es ésto lo que me preocupa, el hecho que nos quedemos callados, que no nos hagamos sentir, que seamos seres humanos, animales pensantes, y aún así nos dejemos pisotear por nuestros legisladores que toman decisiones con aparente aire de corrupción, decisiones que generan sospecha de intereses personales, sobornos, "tratos" por parte de empresarios tabacaleros, entre tantos, podemos ver artículos como estos.

Ahora bien, teniendo en cuenta todo ésto, es que digo: "Tengo una idea". Como toda persona con alma revolucionaria (por más que me guste más el mote de "persona libre pensadora"), pensé que una protesta contra la ley (pro) tabaquismo, y la misma tiene cinco simples pasos:
  1. Juntar puchos, puchos, puchos y más puchos (papel y cartón también serán bienvenidos).
  2. Conseguir ventiladores bien grandes o varios ventiladores "medianos" (docenas).
  3. Juntar muchas, muchas personas frente al congreso, proceder a quemar en forma de fogata los miles de puchos, y los cientos de kilos de papel y cartón.
  4. Apuntar los ventiladores hacia el congreso, impregnar las paredes de humo e intentar que el humo alcance el interior del edificio.
  5. Una vez que se vea qué tan negro queda el edificio, los parlamentarios, el mundo va a ver cómo queda mi pulmón después de que se apruebe la ley.
Evidentemente, el último paso es el objetivo de la protesta, el objetivo que debería de tener cada persona que no esté de acuerdo con esta ley y toda la suspicacia que causa; y no solo objetivo de los "no fumadores", sino también de los fumadores conscientes del derecho ajeno, aquellos que comprendan que su decisión de fumar no debe afectar la vida de los demás, de cada persona civilizada que entienda que una ley que atenta contra la salud de las personas que viven en un país, nunca debería ser aprobada por sus legisladores en ningún rincón del mundo.

Es por esto que pido: ¡Dejemos de ser los paraguayos apáticos de siempre y demostremos la creatividad para defender nuestro derecho a vivir!

¿Quién se une?