jueves, 26 de enero de 2012

Cómo cerrar un círculo? Se puede aprender eso?


Existen varias formas de atacar una historia que ya se había cerrado. Y probablemente, todas sean relativamente fáciles de llevar a la práctica, incluso de manera inconsciente.

El dolor nos bloquea la mente, no nos deja pensar y nos requiere una solución inmediata. Sin embargo siempre es favorable pisar la pelota, levantar la cabeza y mirar el campo de juego antes de ejecutar el remate.

Hay decisiones en la vida que deben ser meditadas y analizadas en profundidad... al menos eso es lo que se supone en teoría, pero después las cosas van sucediendo movidas por impulsos más bien misteriosos y anecdóticos que escapan por completo a nuestro entendimiento y, al final, lo único que uno controla y puede prever es lo que en realidad no importa.

En fin, algunos encuentran justificación en que el destino así lo quiso... el destino? qué tanto uno puede guiarse por las 4 leyes de la espiritualidad? Hay una frase que dice que las casualidades no existen... nunca me gustó mucho esa idea, demasiado simple es todo entonces, si hay un destino, si ya todo está predeterminado, para qué preocuparse?

Cerrar un círculo, voltear la página o quemar el libro implica evolucionar una historia. La historia será siempre la misma, lo que cambia es la perspectiva. Como en todo cambio, hay una etapa de transición, que por supuesto, podría ser dolorosa, insufrible. El peligro de esta etapa es que la vulnerabilidad obra en su máxima expresión y se manifiesta de distintas maneras según el carácter de una persona. Uno de los riesgos de esta etapa reposa en conocer personas que solo explotan la debilidad emocional ajena. Pero también hay varios puntos positivos que tienen que ver con conocer aspectos de uno mismo que posiblemente estaban ocultos.

Por sobre todo, siempre hay que recordar que es solo un momento... sea lo que sea... también pasará... más temprano que tarde.